Dirección: Ang Lee. Guión: Hui Ling Wang, James Schamus. Producción: Bill Kong, Ang Lee, James Schamus. Fotografía: Rodrigo Prieto. Música: Alexandre Desplat. Actores: Tony Leung, Tang Wei, Joan Chen, Wang Lee-Hom
El título en español está bastante equivocado: ¿Lujuria y traición? Por favor, si la nueva película de Ang Lee es más que lujuria y traición: es una advertencia a los amores prohibidos, a los absurdos políticos, a las pasiones desbordadas. Habría quedado mejor una traducción literal: Precaución, lujuria, pero había que echarle más morbo a la cartelera.
Cuidado: spoiler.
Ang Lee se aventó una joya al regresar a Hong Kong para filmar una cinta ambientada en los años cuarenta en China, en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial, con un país ocupado por los japoneses y un gobierno colaboracionista.
El implacable Mr. Yee no descansará hasta ver muertos a todos los radicales. Ese es su trabajo. Y la señorita Mai no descansará hasta que el hombre cometa el mínimo error.
Quizá la frase que engloba la película la expresa la señorita Mai frente al líder radical: cuando sentada en una cama desvencijada llora su pena, con la imagen de una víbora que le toca el corazón. Sublime.
He’s like a snake that is working itself into my heart.
La pasión es desbordada: comienza con una violación y termina en un perfecto acoplamiento sexual. Confirma aquello de que el amor es ergonómico. Una excelente cinta, con un ritmo relajado.
La cámara de Rodrigo Prieto, quien ya había trabajado con Ang Lee en Brokeback Mountain, es un regalo formidable.