Con Hollywood produciendo incesantes remakes, lo mejor del cine de terror en Estados Unidos proviene de la escena independiente. Es el caso de este modesto filme, de inminente estreno, que además tiene el atractivo de ser un thriller ecológico: un género poco explotado, pero con gran potencial dadas las circunstancias actuales de la crisis climática y su creciente impacto en la conciencia colectiva (El fin de los tiempos, la nueva película de M. Night Shyamalan, es del mismo corte). En El último invierno, los integrantes de una base encalvada en el Ártico, perteneciente a una compañía petrolera, viven extraños sucesos una vez que el calentamiento global comienza a derretir la helada tundra, liberando fuerzas ocultas. Ron Perlman encabeza esta cinta que apuesta con fortuna por la atmósfera y el terror psicológico.