Hallmark en el Zócalo

Niños conviviendo con felinos mansos en las dunas del desierto. Mujeres danzando en trance con elefantes en el río o muy cerca de donde las hienas se alimentan. Un hombre girando en las profundidades del océano a un costado de las ballenas. Esa es la utopía que el canadiense Gregory Colbert presenta hasta el 27 de abril en el llamado Museo Nómada, instalado en el Zócalo de la Ciudad de México. Colas inmensas bajo el rayo del Sol para ver estos evidentes montajes preciosistas con estética tipo Hallmark. Pero en Sensacional D no nos preocupa el timo (será responsabilidad del que se lo crea), sino la visión deshonesta del canadiense sobre el encuentro del hombre con la naturaleza. Deshonesta, sí, pero muy rentable: su exposición ya se ha presentado con enorme éxito en Venecia, Japón, Los Ángeles y Nueva York. Habrá que recordarles a aquellos que compran el video conmemorativo (350 pesos original, 20 pesos pirata) que existen otros testimonios de lo que sucede cuando el hombre pisa donde no debe. Documentales o películas basadas en hechos reales que derrumban estrepitosamente la propuesta estilizada y chabacana de Colbert. Habría que preguntarle qué piensa de Ashes and Snow, por ejemplo, a la esposa del famoso “Cazador de Cocodrilos”, que murió con el aguijón de una mantaraya clavado en el corazón mientras filmaba una edición más de su programa de televisión… En la realidad, la naturaleza no perdona las intromisiones.

Dos notables ejemplos más:

Grizzly Man, el documental de Werner Herzog sobre Timothy Treadwell, el ambientalista amateur que fue devorado junto con su novia por un oso.

Into the Wild, el filme de Sean Penn basado en la vida de Christopher McCandless, el joven idealista que, en un acto de rebeldía, decide abandonar a la sociedad y retarse a sí mismo en lo más profundo de Alaska, con insospechadas y funestas consecuencias.

2 comentarios sobre “Hallmark en el Zócalo”

  1. La verdad es muy emotivo el documental del hombre oso (El soft Warrior).

    Pero como lo menciona Herzog: En todas las horas de grabacion nunca vio una mirada apacible de los osos hacia Tymothi, solamante la mirada de indiferencia que la naturaleza tiene hacia el hombre.

    El hombre no es parte de la naturaleza 🙁

    Me encanto tu post.

  2. Tambièn creo que se trata de montajes bien armados, muy a tono con el ecologismo chic de starbucks, the green corner y hasta con el sello discográfico putumayo. ¿Sabes de alguna dirección en la red donde se diseccionen los montajes de colbert?
    Saludos.

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