Más allá del fondo

Foto tomada de Mexsport
Foto tomada de Mexsport

No hay palabras.  La Selección Mexicana ha llegado a un lugar que está más allá del fondo. La prueba final se vio anoche: un montón de jugadores que no juegan a nada, un equipo sin idea y un técnico que, en la desesperación, recurre a las viejas técnicas del fútbol llanero. El otrora gigante, señores, está muerto. Muerto y, por lo que se ve, prácticamente enterrado.

Panamá. Un equipo del que, no hace mucho, México se hubiera reído en la cancha. Tanto como de Nicaragua o Guatemala. Pero el Tri de ahora no es nada. No juega y, por lo tanto, no impone. La selección nacional apenas pudo meter un gol y ni siquiera lo supo cuidar. Y, después, no supo recuperar la ventaja. Porque, hoy por hoy, México no juega a nada. Panamá se encargó de exhibir a los mexicanos hasta lo más profundo y demostrar que hay dos ingredientes cada vez más habituales en el vestidor verde: impotencia y desesperación. Ambas reflejadas en la patada de Aguirre a Ricardo Phillips. Y que no venga a decir que quería detener el balón: la tele, ya lo dijo Homero Simpson, no miente.

Tres rivales iba a enfrentar México en la Copa de Oro: Nicaragua, Panamá y Guadalupe. Hace años, no muchos, ese calendario daría risa. Ahora, aterra: un triunfo dudoso con el primero, un empate ridículo con el segundo y el pronóstico de que, el domingo, el tercero tiene muchas posibilidades de ganarle al Tri.

México no llegó al fondo. Se pasó.