El listado de frases populares es vasto. Y, perdida por ahí, hay una expresión que, cuando se vuelve realidad, hiela la sangre: morir por algo. Con frecuencia se escucha, por ejemplo, decir a alguien que «muere por ganar» la lotería o un concurso o un beso o una competencia.
Hace cosa de unos días, los titulares de noticieros y periódicos se uniformaron para dar la noticia de la muerte de Carlos Pardo, piloto de autos de la serie Nascar México que, lamentablemente, perdió la vida en Puebla durante una carrera, luego de que su carro fuera impactado por detrás y se proyectara contra un muro. Paradójicamente, y aquí el enlace con el párrafo anterior, Pardo resultó ganador de la carrera: al momento del percance, lideraba la competencia. Cosas de la vida: murió por ganar.
Rescatamos la noticia porque no habíamos tenido tiempo de subirla y aprovechando que ayer se dio a conocer que la Nascar México dedicará su siguiente fecha al piloto, como una manera de homenaje póstumo. La jornada, que tendrá como sede Querétaro, llevará por título Goodyear 200 en homenaje a Carlos Pardo y se efectuará la próxima semana.
¡Qué chingón está el Fuera de Lugar! ¡Chilo!