Hasta ahora, Rockstar Games había hecho de los Grand Theft Auto su carta fuerte. En esta serie de videojuegos la trama iba siempre de un tipo rudo que se metía en problemas con algún gángster y se veía inmerso en una guerra de mafias que nunca terminaba bien. Al final, ascendías con el personaje hasta al cúspide, donde luchabas contra una turba de hombres armados que se disputaban tu cabeza como trofeo. Nunca es fácil ser jefe de un imperio. De algún modo, cada título era una especie de cover del clásico cinematográfico dirigido por Brian de Palma y protagonizado por Al Pacino: Scarface. A veces eras un negro de barrio buscando vengar la muerte de tu madre o un migrante de la guerra de los Balcanes obligado a saldar una cuantiosa deuda con la mafia rusa. O simplemente un chofer de la mafia italiana inmiscuido en un círculo de venganzas. Aunque las historias eran intensas y obscenamente realistas, lo interesante era perderse por el intrincado laberinto urbano de una ciudad virtual: atropellar peatones, disputarse barrios enemigos, vender droga, robar casas, levantar chicas. Dentro de estas urbes, construidas a detalle según modelos reales (Nueva York era Liberty City, San Diego San Andreas y Florida Vice City), todo era posible. Ciudades a escala con sus propios habitantes, tráfico, arquitectura y negocios.
En abril de 2008, Grand Theft Auto IV no sólo fue uno de los títulos más vendidos en la historia de los videojuegos, sino que alcanzó los más altos puntajes en las críticas especializadas. Lejos de los automóviles, en este 2010 la compañía de videojuegos amenaza con un nuevo hit en el que cambia los motores por caballos y la jungla de asfalto por el salvaje oeste: Red dead redemption. La trama del nuevo juego narra la historia de un mercenario llamado John Marston, quien acaba de salir de la cárcel y está decidido a dejar el crimen para llevar una vida tranquila. Sin embargo, sus buenas intenciones se ven frustradas por agentes del Bureau (versión rústica del FBI), que lo obligan a cazar a los miembros de su vieja banda antes de que asesinen a su familia. Así comienza un viaje a través del salvaje oeste y el norte de México en el que habrá asaltos, asesinatos e incluso tomará parte en la revolución mexicana. Rockstar Games ha declarado que éste es su título más ambicioso, ya que no sólo recrea con precisión un estilo de vida, sino que busca captar la esencia del fin de una época. Son los años en los que el teléfono, la locomotora y la electricidad llegaron al salvaje oeste para dar paso a una institucionalización de las fuerzas gubernamentales, terminando con un modo de vida en el que la ley era dictada por bandoleros sin escrúpulos.
Red dead redemption, como Grand Theft Auto, es lo que en la industria de los videojuegos se denomina como sandbox game: universos virtuales donde armas tu propia historia de una manera no lineal, haciendo avanzar la trama a tu antojo. Supongo que si Sergio Leone aún viviera se maravillaría viajando a caballo por planicies y desiertos virtuales, cazando búfalos para sobrevivir, aceptando duelos a muerte y visitando cabarets. Porque Red dead redemption no sólo busca hace honor al western, sino que pretende volverlo real. Habrá que ver y la espera no es larga: el videojuego saldrá a la venta el próximo 18 de mayo: apenas unos días de paciencia para viajar el lejano oeste. Y lo que más llama la atención es la posibilidad de luchar en la revolución mexicana contra el ejercito de Díaz: aunque sea en inglés y con subtítulos.
en el joystick: Alejandro Aguirre