Fragmentos de una historia que nunca sucedió
La revuelta de las batas blancas (México, Venezuela, 2009). Usted no lea, no piense, no diga nada. Así nos sueñan muchos de nuestros gobernantes. Un pueblo en coma, fácil de sodomizar. La revuelta de las batas blancas es un intento por revertir esta situación. Alejandro Albert, director de la cinta, rescata un evento silenciado por la historia oficial: la manifestación masiva de todos los médicos mexicanos que en 1964 se organizaron para exigir mejoras laborales. Aunque este movimiento fue reprimido por el gobierno priista, a la larga fundó las bases sobre las cuales se erigiría el movimiento estudiantil de 1968. De este tamaño es el documental. Por ello no es de extrañarse que Alejandro Albert no encontrara apoyo en México, siendo Telesur (la televisora de Hugo Chávez) la productora oficial del proyecto. A pesar de que La revuelta de las batas blancas es una ópera prima, con todo lo que eso significa (defectos y virtudes), cobra un gran valor histórico al mirar hacia atrás para ver que no hay gran diferencia entre el ayer y el hoy: México sigue igual de jodido. El espíritu revolucionario nunca ha muerto.
Ira nomás
Voces del subterráneo (México, 2009). Boris Goldenblank es una de las tantas vacas sagradas de la UdeG. Una con pastizal propio. Y no es para menos. El hombre es fundador de la escuela de cine de la Universidad de Guadalajara, que actualmente dirige, además de ser artista emérito de la federación Rusa, donde tiene una extensa carrera cinematográfica de más de cien películas. En esta ocasión aparece en el festival para defender a capa y espada el honor de los locales con su nuevo documental: Voces del subterráneo. La cinta retoma la tragedia de Pasta de Conchos para exhibir la tremenda injusticia de la que fueron víctimas tanto los mineros como sus familiares. El resultado es desgarrador. Goldenblank desenmascara a un gobierno fascista que en complicidad con las principales compañías mineras no duda en sacrificar cuantas vidas sean necesarias con tal de sacar jugosos beneficios. Voces del subterráneo es un gran ejemplo de cómo hacer buen documental: planos aéreos para contextualizar magníficamente al espectador, fotografía excepcional, montaje compacto y una orquesta que nunca debe dejar de tocar para que todo sea así, como más significativo, ¿edá?
El secreto de sus nalgas
El secreto de sus ojos (Argentina, 2009). Por ahí se dice que en los premios Oscar hubo más competencia entre las nominadas a mejor película extranjera que entre las candidatas gringas a mejor película. Con esta expectativa fui al Teatro Diana. Esa noche iba a ver “la mejor película extranjera de 2010”. Pero, la neta, me gustó más la del Profeta. El secreto de tus ojos es una mezcla extraña entre thriller y romance con atisbos de comedia. La cinta recrea perfectamente una época de opresión, muy difícil para el pueblo argentino, mediante las pesquisas que realiza un juzgado (que es así como un detective) para desempolvar el asesinato de una hermosa mujer cuyo caso atraviesa 25 años de misterio. En este ínter vemos cómo el juzgado-detective se las ve negras para declarársele a su jefa (inserte aquí un enternecedor suspiro): una abogada de muy buenas carnes con doctorado en Harvard. Al final, no podía ser de otra manera, tendrá la oportunidad de redimir su amor frustrado. Lo mejor de la película es un plano secuencia muy a la Children of Men que dejará varios pantalones mojados. Fuera de eso, sólo es una muy buena película argentina. Demostrando que su cinematografía tiene poco qué desearle a los gringos. Ahora hay que ver la de The white ribbon.
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textos: Alejandro Aguirre