Café Tacuba: el soundtrack de nuestras vidas

Los tacubos, de plano, compartieron el escenario con el público del Diana

Fue ver pasar la historia. Nuestra historia. En la pantalla, entre los créditos de inicio, cuatro peladitos de los que Paco Stanley se burló y que aguantaron vara. Cuatro chavos, dos chilangos, uno altísimo vestido de escolar, otro enanísimo, vestido de un cruce entre indígena y Madaleno, dos gorditos veracruzanos, los mismos que 20 años después llenaron el Foro Sol y cantaron, con la misma potencia, las mismas rolas con las que celebraron su primer aniversario. Han decantado su look, su música. Crecieron. Nosotros con ellos. Son los Tacubos. Y su voz, qué duda cabe, es el soundtrack de nuestras vidas.

La proyección de Seguir siendo, el documental que Ernesto Contreras y Juan Manuel Cravioto bordaron sobre los primeros 20 años de historia, de la que ellos consideran “la mejor banda del mundo”, fue una celebración para devotos. No había mejor marco: los 25 años de la Muestra, como en el fondo del corazón muchos llaman aún al Festival Internacional de Cine de Guadalajara, esa reunión de creadores que demostró que se valía verse el ombligo, y que hasta se podía presumir la borrita. Jorge Sánchez, su director actual, en primera fila. El Teatro Diana a reventar, los boletos agotados en la taquilla desde tres días antes.

La pantalla del Diana subió y ahí estaba Café Tacuba

Y Café Tacuba. Cercano, como nunca. Entrañable, como siempre. Cuatro músicos que juegan con la cámara, declaran, confiesan, hacen chistes, pero sobre todo, permiten que los siga entre las risas matutinas del road trip; que registre su asombro ante el fan japonés que canta a todo pulmón todas las rolas del concierto; que grabe su seriedad ante la pertinencia o no de registrar el proceso creativo; que guiñe ante el coro cacofónico de los phoners con periodistas tumbados los músicos en los cuartos del hotel y que anude el momento en que Gustavo Santaolalla les convence no sólo de incluir “Esta vez” como tema en el albúm Sino, sino cambiarle el beat (“quizá me equivoque”, dice el multimpremiado productor argentino), con la secuencia de los músicos acicalándose en un hotel de Los Ángeles, camino a recibr el Grammy por mejor canción del año para ese tema.

La bolsa verde de Joselo, la soledad melancólica de Quique, el clóset de Rubén, las fotos que Meme toma en la carretera. La coreografia que les enseña la hermana, los hijos en el estudio, las chelas en Barcelona, la cascarita en algún lugar de Estados Unidos. Todo está ahí, en la cinta, entre la música y los fans, entre Balbi, el manager de barba hisurta y el staff completo de las giras, entre la nostalgia que aprieta al escuchar los acordes noventeros de los videos de grano abierto y lente amateur que completan la historia, y el gusto ensordecedor de escuchar las grabaciones nuevas en vivo. Está lo que quisieron enseñar, y lo que se intuye. El respeto, el trabajo, los músicos que saben que no son una familia, y su certeza de que juntos son una de las mejores bandas del contiente.

Los asistentes al estreno del documental de Ernesto Contreras salieron satisfechos

Una hora. Tantos recuerdos. ¿Es el cine mejor que la vida? Corren los créditos, al ritmo de “El baile y el Salón”, que suena de verdad, entre ovaciones. Sube la pantalla. Y ellos, como siempre: atrás, chingándole, cada acorde, cada paso de baile parte de esto que hace 20 años asombró a la chilanga banda, eso que hoy le pone música a la vida de una generación de latinoamericanos, y que mañana le pondrá a las de sus hijos. Ahí están, “Rubén y los tiesos”. Potentes y entregados. Son lo que son, lo siguen siendo. El concierto será para la historia. El público de pie, rendido, incondicional: paparapapa-eu-ééééééoooo…

crónica: Myriam Vidriales/fotos: Luis Ponciano

11 comentarios sobre “Café Tacuba: el soundtrack de nuestras vidas”

  1. Gran crónica, Myriam.
    Yo me perdí el concierto. La película la veré después. Pero lo importante es que hacen lo que siempre han hecho: tocar.
    Nomás

  2. Creo que fue una noche que los que la vivimos dudo que olvidemos y tienes razón, son parte muy importante del soundtrack de nuestra vida.

    ¡Felicidades! muy buena crónica

  3. Excelente. Soy de Saltillo y me la pelé por estar ahí, pero con tu crónica me sentí un poco más cerca; en serio, me puso la piel chinita …

    «Son los Tacubos. Y su voz, qué duda cabe, es el soundtrack de nuestras vidas.»
    Excelente.

  4. Gracias! desd el df!
    bien dice sofia..nos acercaste un poco a ese momento tan inolvidable!!!

    crecimos con ellos!! naci con ellos! tengo justo los años de cafe…recuerdo q mi hermana siempre los escuchaba! he cantado toda mi vida sus canciones! he llorado…he amado!! he reido y son mi mejor medicina en momentos dificiles!! GRACIAS TACVBOS!!!! son parte de nosotros!!
    el soundtrack de nuestras vidas!!

    Mil Gracias!!!

  5. Me lo perdí pero tu crónica me ha dado un boleto para memorable concierto. El soundtrack de nuestras vidas comparto ya con mi hijo de 3 años. Cierto, su música no tiene fronteras. Gracias.

  6. Que loco presisamente ahora mismo estoy escuchando a los Tacubos y me entero de esto…Gracias por sus caciones tan reales…Abrasos desde Juaritoz

  7. d verdad qe ese komentario esta igualito komo estar ahi, se los digo x qe yo estube ahi y fue algo de verdad inolvidable estuvo de pocama…
    solamente m qeda felicitar a la chava qe escribio esta cronica t luciste de verdad.

    saludos a todos los fans y qe esten bien

    ♥lUceRo♥

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