Si alguien sabe lo que es trabajar con la línea, ese es Francisco Morales. Arquitecto de formación y artista plástico por oficio, su obra es todo un ensayo sobre las posibilidades de la línea y, sobre todo, de su material predilecto: el grafito. Pues bien, Morales vuelve a los muros, ahora de la Galería Pablo Guerrero, para presentar su obra más reciente bajo el título Estructura del panel.
Armado con su lápiz —o, en ocasiones, con bolígrafos Bic— Morales tira una línea sobre la madera. Luego otra. Después otra. Así ad infinitum. El restulado: relieves en la madera que, según la incidencia de la luz, arrojan formas e imágenes sorprendentes. Bueno, eso era lo que venía manejando. Porque para su nueva exposición las líneas —rectas o curvas, da igual— se conjugaron para dar forma a retículas que parecen mapas de ciudades y siluetas que parecen manteles y tapices. «Me interesaba partir de lo cotidiano. Una tesis permanente de mi trabajo es que una experiencia cotidiana puede servir para desarrollar un discurso hasta agotarlo», explica Paco. Y al desfilar delante de las piezas esto se confirma: cuadros que parecen tapices, maderas que simulan ser manteles, piezas que parecen extraídas de un mapa.
La muestra se divide en dos: «Paneles británicos», que incluye todas las piezas cuadriculadas, y «Royal skin», donde entran todas las obras que remiten a los tapices imperiales. En ambas, explica Paco Morales, la idea era ironizar e invitar a la gente a poner la mirada en esas cosas que, de tan comunes, quedan olvidadas.
En varias de sus exposiciones el artista apostó por la monocromía. En estas series, en cambio, apuesta por algo que llama «afán de una cromática reposada». Y sí, aparecen colores, pero sirven para darle mayor realce al juego de grisis que da el grafito. El resultado de combinar el grafito con el color, asegura Morales, fue «súper afortunado». El que esto escribe coincide con la afirmación porque, además, el juego en los tamaños y formas de las piezas hacen que el recorrido visual por la galería sea placentero.
Estructura del panel tiene otra novedad: la incursión de Paco Morales en la cerámica. Junto con Adrián Guerrero preparó unas latas en cerámica que tienen como título «El arte es una lata» y «Una lata el arte es». La idea es plantear una reflexión en dos ejes: «El primero, sobre cómo conciben los políticos la cultura, que es la primer área que se sacrifica cuando hay recortes en el presupuesto. El segundo tiene que ver con el proceso que me llevo en hacer cada pieza, que me exige un rigor brutal».
Pero los rollos no explican las piezas. Lo mejor es darse una vuelta a la Galería Pablo Guerrero. El jueves, a las 20:30 horas, se inaugura la muestra, que durará en exhibición hasta febrero de 2010.
texto: Turco Viejo/fotos: cortesía de Marco A. Vargas